El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, redobló su discurso proteccionista este domingo, anunciando que impondría aranceles de hasta el 200% a los vehículos importados de México si resulta reelegido en las elecciones del próximo 5 de noviembre. Esta medida, según Trump, busca fortalecer la industria automotriz estadounidense.
Durante un mitin en un aeropuerto de Juneau, Wisconsin, Trump sorprendió al elevar significativamente su propuesta inicial, que contemplaba un arancel del 100% sobre automóviles y camionetas importadas. “Si es necesario, lo subiremos al 200%. No permitiremos que esos autos entren a Estados Unidos”, declaró el exmandatario, mostrando una postura más radical frente al comercio con México.
Esta es la cuarta visita de Trump a Wisconsin en poco más de una semana, destacando la importancia de este estado para su campaña. Las encuestas muestran una reñida contienda entre Trump y la actual vicepresidenta, Kamala Harris, quien mantiene una ligera ventaja en este territorio, el cual resultó crucial para las victorias de Joe Biden en 2020 y de Trump en 2016.
Ambos candidatos han enfocado su atención en los estados clave del medio oeste como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, esenciales para ganar el colegio electoral. Harris, por su parte, hizo campaña recientemente en Wisconsin junto a la excongresista republicana Liz Cheney, buscando atraer el voto moderado.
Los economistas y expertos en comercio han advertido que la implementación de aranceles tan altos podría tener repercusiones serias en los precios de los vehículos, tanto importados como nacionales. En 2023, México exportó cerca de 3 millones de automóviles a Estados Unidos, con los tres principales fabricantes de Detroit representando la mitad de esas exportaciones. Un análisis del Tax Policy Center sugiere que un arancel masivo encarecería los precios de automóviles nuevos y usados, afectando directamente a los consumidores estadounidenses.
Esta no es la primera vez que Trump amenaza con imponer fuertes aranceles a los vehículos mexicanos. En 2019, los fabricantes de automóviles advirtieron sobre el impacto negativo de estas medidas, que podrían encarecer considerablemente los costos de producción y venta en Estados Unidos.